El matrimonio es un compromiso y una experiencia sin igual de gozo y plenitud, pero a la vez tiene momentos muy difíciles, llenos de espinas y momentos duros, que solo pueden ser sostenidos en Cristo.
El matrimonio es utilizado por Dios para santificarnos, es allí donde aprendemos a amar, a perdonar y a servir.
El matrimonio no solo fue inventado por Dios sino que también a Él le pertenece. Él tiene sus derechos únicos sobre su diseño, propósito y metas, así que este existe más para Dios que para nosotros mismos.
Periódicamente nos reunimos para profundizar en nuestra necesidad de Cristo en nuestros matrimonios e invitamos a nuestros amigos, vecinos, familiares para que vean la importancia del evangelio en sus relaciones.
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